viernes, 5 de febrero de 2016

Lección de vida — Un gran sabio




Un hombre fue a visitar a un gran sabio. Cuando llegó, preguntó dónde encontrarlo, y le mostraron una humilde choza en las afueras de la ciudad. Adentro, no había más que unas pocas cosas, además una mesa cubierta de libros, donde el anciano estaba estudiando. El viajero estaba asombrado: ¿Dónde vive el sabio?, preguntó.

Es de mi de quien hablas, dijo el anciano.

¿Qué te perturba tanto?

Es que no entiendo. Sois un gran sabio, con muchos discípulos. Vuestro nombre es conocido en todo el país. No parece adecuado que viváis en un sitio como éste. Deberías estar viviendo en un palacio.

¿Y dónde vives tú?, preguntó el sabio.

Vivo en una mansión, una casa espléndida, con hermosos muebles.

¿Y cómo te ganas la vida?

El hombre explicó que se dedicaba a los negocios y viajaba dos veces por año a una ciudad a comprar materiales que luego vendía a comerciantes locales. El sabio escuchó atentamente y le preguntó dónde se alojaba cuando estaba en esa ciudad.

Me alojo en un pequeño cuarto en una pequeña posada, fue la respuesta.

Si alguien entrara en ese pequeño cuarto, ¿no podría decir: Cómo es que un rico empresario como tú está viviendo en un cuarto así? Y tú le responderías: Sólo estoy en viaje por breve tiempo, así que esto es todo lo que necesito. Ven a mi verdadera casa y verás que es por completo diferente.

Pues bien, amigo mío, lo mismo sucede aquí, siguió el anciano. Yo también estoy en viaje. Este mundo material es sólo un viaje. En mi casa también es completamente diferente. Ven a mi casa espiritual y verás que vivo en un palacio.



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