viernes, 26 de febrero de 2016

¿Y Vivieron felices para siempre?




Crecimos con cuentos de hadas y fantasías de Disney que nos prometían que la magia y el amor jamás acabarían. Todo parecía tan fácil y tan hermoso… 

Estudios realizados en la Universidad de Michigan State muestran que el incremento de felicidad que experimentamos cuando nos casamos dura aproximadamente dos años. Después de eso las personas vuelven a su condición anterior, a su naturaleza feliz o infeliz. 

Mantener encendida la llama del amor y la unión en la pareja requiere de un gran esfuerzo, constancia, dedicación, compromiso, honestidad, gratitud, humildad, responsabilidad, respeto mutuo; más que una emoción y un sentimiento, el amor es un trabajo en equipo de toda la vida. 

La paz en el hogar, no significa la ausencia de conflicto. Paz significa fuerzas opuestas trabajando juntas en armonía, por un bien común. Es una percepción de completitud que permite una vida llena de satisfacción y felicidad.

Las buenas intenciones no son suficientes, haz de tu matrimonio una prioridad. La relación prospera cuando cada uno trabaja para promover el crecimiento de su pareja. 

Debemos apreciar y valorar lo que nuestra pareja tiene para ofrecer, las formas en las que podemos aprender de ellos. Aceptar los puntos de vista y cualidades diferentes como oportunidades de crecimiento y superación. Lo que no debemos hacer es intentar imponer nuestra propia voluntad. Para construir una verdadera relación unificada, tratemos de ponernos en los zapatos de nuestra pareja. ¿Cómo se ve el mundo desde su perspectiva? Mientras más entrenados estemos respecto de la empatía, más significativo será nuestro acto de dar, y por ende, más grande será la cercanía. 

¿Alguna vez te preguntaste cómo inspirarte para amar más? Mira a tu pareja positivamente. Deja de enfocarte en lo negativo. Estima lo maravilloso y encantador que hay en tu pareja. La naturaleza humana es tal que hace que advirtamos lo que nos molesta con más facilidad y que demos lo bueno por sentado. 

El verdadero amor se intensifica a lo largo de la vida. Son los pequeños actos cotidianos de la cercanía los que hacen florecer el amor. Es compartir, cuidar y respetar al otro. Es construir una vida juntos, una familia, un hogar. Cuando dos vidas se unen para formar una, llega un momento en que cada uno se siente una parte del otro, en que cada uno no puede ver la vida sin el otro a su lado.

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